El pasado sábado 25 de noviembre, la casa salesiana de Soto del Real abrió sus puertas a 400 menores de edad con edades comprendidas entre los 3 y los 18 años. Allí se desarrolló la convivencia del área I Becchi, nombre que reúne los diversos programas y servicios socioeducativos que se ofrecen a la infancia, juventud y familias que acuden a los distintos centros de Pinardi, repartidos por Madrid y Castilla La Mancha.
La convivencia de I Becchi fue una jornada de encuentro, desde los pequeños de 3 años hasta los mayores del grupo, ya próximos a sus 18 años, esperaban con ansias a muchas “caras conocidas”, entre ellas amistades de anteriores cursos y campamentos de verano. Para otros participantes en cambio, era su primera vez… ¿Qué iba a suceder exactamente ese día? La respuesta llegaría conforme avanzara la jornada.
El objetivo de la convivencia es que los menores de edad y sus familias puedan salir de la realidad en la que viven día a día, para muchos participantes, esta era la primera vez que salían de su barrio, situación que en ocasiones genera mucha incertidumbre, preocupación e incluso un sentimiento de inseguridad, pero que les ayuda a desconectar de la rutina, a relacionarse y conocer nuevas personas, creado vínculos y amistades de su misma edad, en un entorno seguro.
La convivencia contó además con la presencia de un equipo educativo de 65 personas, encargadas de organizar las diversas actividades programas, y sobre todo, de trabajar a través de los juegos y del tiempo libre temas tan importantes como el trabajo en equipo y el respeto hacia los demás.
A su llegada a Soto del Real, los participantes fueron recibidos con un almuerzo y las palabras de bienvenida de Farruco, el salesiano que acompaña todos los proyectos desarrollados por las plataformas sociales dentro de la Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor, entre ellos Pinardi. Al mismo tiempo, los más pequeñines disfrutaban de juegos, parque y mucha arena. Luego se realizó un paseo por el campo, un momento ideal para aprender a relacionarse con la naturaleza, para muchos también, su primera vez.
Tras una parada para reponer fuerzas y disfrutar juntos de la comida, se organizó un espacio de tiempo libre el que había muchas opciones de ocio disponibles: Fútbol, baloncesto, voleibol, juegos de mesa, un taller de pulseras, etc. No menos importante fue terminar el día dando las gracias y al mismo tiempo, soñando con el siguiente encuentro.
Y así finalizó la convivencia, una jornada llena de juegos y sonrisas que representa un momento importante en el proceso formativo de los menores de edad participantes, quienes en compañía de sus familias y del equipo educativo de Pinardi, tienen la oportunidad de vivir experiencias que les permiten ampliar sus relaciones, desarrollar nuevas habilidades y soñar con nuevas realidades, que van más allá del aula y más allá de su barrio.