El 11 de mayo se han cumplido 2 meses desde que cambió nuestra metodología de trabajo, siguiendo las indicaciones de las autoridades, con motivo de la crisis del #COVID19. Muchos días, cada uno desde su hogar, los profesionales de Pinardi, Federación de Plataformas Sociales Salesianas han cambiado la forma de intervenir con las familias y jóvenes de una manera presencial a otra digital, individualizada, ofreciendo todo el apoyo emocional y acompañamiento que es necesario.
En Pinardi contamos con 11 recursos residenciales. Uno de ellos es “Casa Garelli Protección”, en el que conviven adolescentes migrantes sin adultos de referencia.
#ENTREVISTA a…
José Carlos Rodríguez, Coordinador del Proyecto “Casa Garelli Protección”.
P: ¿Cuál es la rutina que llevan los chicos?
JCR: “Se ha tratado de responder a la situación intentando no perder hábitos y rutinas básicas, así como cuidar una activación conductual diaria.
Se ha realizado un horario y un ajuste de todas las tareas a realizar, así como una hora para levantarse y acostarse, evidentemente con la flexibilidad necesaria.
De lunes a viernes se realizan tareas de formación y los sábados y domingos se dedican más al ocio. Tanto las tareas de limpieza como el resto de actividades de orden y mantenimiento de la casa, están fijadas y se mantiene su realización diaria.
Se ha introducido dinámica de deporte en casa, juegos conjuntos, así como películas y series para ver en común”
P: ¿ Cómo se organizan los educadores?
JCR: “Se ha tratado en todo momento de cuidar en la medida de lo posible la prevención y evitar tener en la Casa un número mayor a seis personas. Se han establecido turnos de una persona y se realizan las reuniones por videollamada.
Nos organizamos de manera que todos sepan lo que sucede sin necesidad de tener presencia física.”
P: ¿En qué ha cambiado lo que hacían, cómo se organizan con sus colegios o trabajos?
JCR: “Todos los menores estaban en algún recurso formativo y además algunos tenían recursos de refuerzo de aprendizaje del español, de ocio y de apoyo escolar. En esta situación todos ellos tienen opciones para continuar sus formaciones vía telemática y además algunas de las actividades que estaban realizando. Uno de ellos además se ha apuntado a una formación online en este periodo.”
P:– ¿Qué implica a los educadores este tipo de trabajo en esta situación?
JCR: “Un gran esfuerzo y un aprendizaje. Esfuerzo por concienciar a los niños de la situación, por adaptar la dinámica, por cuidar y reforzar la convivencia, por ser creativos en dar opciones de actividad y recursos adaptados. Aprendizaje en prevención, en creatividad continua y en aspectos que mejoran y mantienen la buena convivencia, además de la rapidez con la que han tenido que adaptarse ante la situación”,
P: ¿Hay algo de positivo en esta situación?
JCR: “Sí. Más tiempo para cuidar las conversaciones, tiempo para estar juntos, crecimiento en la madurez de algunos de los niños ante la situación, poder ver como algunos sacan lo mejor para estas situaciones y contextos. Nos ha obligado a salir de nuestras zonas de confort y buscar nuevos recursos, actividades, cambiar…”
P: ¿Qué preocupaciones tienen?
JCR: “Pues en general al ser adolescentes se mezclan las propias de su edad, para bien y para mal, con la situación administrativa de cada uno, su futuro, sus familias en Marruecos, su formación y si conseguirán superar los cursos respectivos, su propia salud y cuando podrán volver a salir. Cada uno de ellos con una intensidad diferente y gradual ajustada a su madurez”.
P: ¿Cumplen las normas de confinamiento?
JCR: “Sí, en general nos han sorprendido para bien, y han entendido la necesidad de estar en casa, al menos hasta ahora, nunca habían estado ninguno de ellos tantas horas en casa ni pasado tanto tiempo en “familia”, pese a todo están de momento cumpliendo muy bien”