Al comienzo del Foro, David Lozano ya advertía de que lo primero que necesitaban los participantes para contar una historia era la herramienta básica, el bolígrafo, y así con boli y papel en mano, durante la mañana, el suspense y la creatividad se adueñaron del taller.
Algunos datos específicos sirvieron para que cada participante desarrollara su imaginación, de los mismos datos… diferentes fantasías, todas avivadas por el despertar a la pasión por la literatura.