Un año más Manuel Castaño enfundó a los participantes del taller en el traje del “otro”.
Educadores y destinatarios interactuaron sobre las tablas de la vida. Mediante improvisaciones sobre los hechos cotidianos fueron dando forma a lo que somos y a lo que queremos ser, a lo que vemos y a nuestra forma de situarnos ante ello.
Como ya advertía Calderón de la Barca “La vida es sueño” y el mundo es de los jóvenes que sueñan y se dejan emocionar, gracias a Manuel por otra clase magistral de conectar las emociones con la vida y los sueños.