Este domingo ponen rumbo a Italia los alumnos de Formación Profesional Básica de Electricidad que PINARDI imparte en su plataforma Lumbre. Como en ediciones anteriores, los jóvenes acuden durante la mañana al taller formativo profesional y durante las tardes acuden a su plataforma para participar en las actividades de preparación pedagógica y cultural.
Las últimas semanas han estado aprendiendo el idioma del país que les acogerá durante los quince días que durará el intercambio. Una experiencia que como describe Mary, su profesora de lengua y cultura italiana “para muchos es la primera vez que viajan fuera de España, van a enfrentarse a nuevas realidades, incluso para algunos de ellos esta experiencia será compensatoria de algunos déficits que presentan socialmente: ideologías, creencias…”
Los jóvenes que participan en el programa europeo, que PINARDI desarrolla desde 2011, realizan un programa de formación profesional básica, desde el que se busca promover la permanencia y la promoción educativa de los jóvenes de la Comunidad de Madrid. La entidad, que es pionera en poner en marcha una iniciativa de este tipo con colectivos de alumnos en situación de dificultad social, apuesta porque los jóvenes realmente tengan un aprendizaje significativo a través del encuentro con la diferencia, con “el otro”, con sus compañeros y especialmente con ellos mismos.
Un encuentro con lo que viene por delante que les mantieene en alerta y expectantes, como recuerda Mary “todos los alumnos son portadores de diferencias que les hacen únicos. Al llegar a Pinardi me di cuenta que estos chicos son menos autónomos a la hora de estudiar, pero poseen la misma ilusión y curiosidad que cualquiera de nosotros”.
Esta experiencia está logrando además que los jóvenes que participan en los intercambios mejoren sus resultados en las evaluaciones de la formación profesional básica puesto que “supone una motivación, para ellos el viaje es como una recompensa”.
Pero la preparación no se limita al aprendizaje de la lengua, la educadora colaboradora de PINARDI resalta también “hay un objetivo en el trabajo previo con ellos: conocer Italia, desde su geografía hasta sus tradiciones y su gastronomía” para reducir el choque cultural y aumentar la tolerancia e inquietud por otras culturas. Especialmente se trata de: “que se motiven a aprender, que participen activamente de su aprendizaje, con el idioma y otro país como excusa”.
Cuando Mary nos habla sobre sus clases destaca “cómo les brillan los ojos por la curiosidad, siempre lanzan preguntas típicas en su edad, especialmente sobre cómo son los italianos/as, cómo si se tratara de otro planeta”. Y es que para muchos de estos jóvenes esta movilidad europea supone algo tan inusual y sorprendente como cualquier aventura de ciencia ficción. Una oportunidad que nunca hubieran imaginado y de la que ya se han beneficiado más de 30 alumnos desde que comenzara el proyecto.