Dicen que la gratitud es la memoria del corazón… y si miro mi vida en estos dos años de trabajo en Valora sólo puedo sentirme agradecida: son muchos los nombres, sentimientos, situaciones y anécdotas que están grabadas en mi corazón.
Ahora que estamos a punto de acabar el año, nuestro Whatsapp, Facebook y Twitter se llenan de mensajes con buenos deseos. Algunos de esos mensajes te animan a hacer balance del año que acaba, y justo antes de empezar a escribir este texto recibí uno que decía “Mira atrás y piensa”:
Durante este año 2016…
¿Confiaron en ti?
¿Te quisieron?
¿Cumpliste algún sueño?
¿Has hecho al menos un nuevo amigo?
¿Te emocionó alguna situación?
¿Diste lo mejor de ti en algún momento?
Y mirando mi trabajo con el corazón: Todas las respuestas eran “¡SI!”
Parece una tontería, pero esto reafirma mi pensamiento de que mi trabajo en Valora ¡es un regalo! No es un trabajo cualquiera al que vas todos los días y lo único que te da es trabajo, sino que es un trabajo que te devuelve el doble de lo que das sin esperarlo, porque es VIDA y vida para compartir.
Valora es un lugar donde da igual lo que marque tu agenda: El ritmo lo marcan los jóvenes. Sus necesidades, sus miedos, sus logros, sus inquietudes, ¡y esto es tan importante, tan salesiano!
Compartir y ser testigo de cómo los jóvenes que se acercan a nuestra casa descubren lo que quieren de su vida, descubren que hay una nueva oportunidad para ellos, descubren que tienen personas a su alrededor que confían en ellos, encuentran un lugar donde se les escucha, encuentran una nueva familia, encuentran un puesto de trabajo… hace que pueda entender lo que Don Bosco soñaba, sentía y vivía: su inquietud y necesidad por buscar respuestas para los chicos más necesitados.
Mi corazón sólo sabe dar GRACIAS por poder ser parte de este sueño y soñar juntos.
Mari Ángeles Cruz Prieto- Plataforma Social Valora