Ser voluntaria es para mí una enorme satisfacción y alegría. No se trata solo de compartir mis conocimientos, ayudar y apoyar en lo que puedo y sé, sino que sobre todo es un intercambio de aprendizajes, experiencias y emociones que me llenan de orgullo y alegría.
Me siento muy afortunada y feliz por poder formar parte del equipo de trabajo de Pan Bendito. Tanto las y los profesionales como el voluntariado, formamos un grupo cohesionado y dispuesto a conseguir los objetivos del proyecto.
¿Y qué puedo decir de la alegría de ver cómo los y las menores van creciendo en conocimientos y en virtudes? Es un orgullo y una satisfacción crecer con ellas y ellos.
Porque sí, crecemos cada vez que vemos cómo se esfuerzan, cuando hacen sus tareas, cuando se portan bien, cuando nos proporcionan lecciones de vida con sus grandes argumentos o sus certeras frases. Crecemos cuando los vemos crecer y somos conscientes de que, aunque sea en uma pequeña medida, hemos sido partícipes de ese crecimiento.
Me encanta ser voluntaria. Dar. Compartir. Recibir. Formar parte de un todo en el que puedo regalar mi tiempo y mis conocimientos a quienes los necesitan. Porque ser voluntaria es, en definitiva, un modo de vida.
María Carrascosa Monedero