A Pedro le motiva todo lo relacionado con la salud. En diciembre de 2019 finalizó sus estudios de Grado Medio de Auxiliar de Enfermería y ya está pensando en matricularse, para el próximo curso, para ser ‘Técnico Superior en Laboratorio Clínico y Biomédico’. Tiene 19 años y, desde finales de marzo, trabaja como auxiliar de apoyo de enfermería en la Comunidad Los Camilos. “Soy el más joven y están encantados conmigo, yo les escucho todo lo que me cuentan. Siempre tienen ganas de hablar, justo cuando es la hora de dormir”, sonríe Pedro.
Reconoce que estuvo preocupado porque estuvo unos meses buscando trabajo y no le llamaban para ninguna entrevista. Es más, cuando le confirmaron que el puesto era suyo, respiró aliviado y confesó a sus allegados “¡por fin, me sale algo bien!”. Pedro es muy consciente de que ha sabido aprovechar esta oportunidad laboral fruto de su buen trabajo y actitud con “los padres Camilos enfermos” de la residencia. “Confiaron en mí. Al poco tiempo me subieron las horas y empecé a trabajar a jornada completa y con distintos turnos. Me recibieron con los brazos abiertos. Yo no he tenido miedo porque con la debida protección podemos ejercer nuestras funciones correctamente”, asegura con rotundidad.
Ha establecido un vínculo muy estrecho con los padres Camilos y le cuentan su vida, sus historias, sus viajes, cómo es su familia… “una noche, uno de los padres de 92 años estuvo hablando desde las 22 de la noche hasta la 1 de la madrugada, sin parar, contándome muchísimas cosas, porque no quería dormir. Yo le acompañaba a dar un paseo, nos sentábamos y… “¡es alucinante porque tiene más energía que yo!, ja,ja,ja”.
De momento, Pedro se plantea seguir trabajando en esta residencia, al menos hasta octubre, que es cuando termina el contrato y, en el mejor de los casos, dice, compaginarlo con los estudios. “Con el horario de trabajo, podría hacerlo. A mí me motiva, porque me atrae”, asegura. Está contento porque es la primera vez que trabaja en algo que tiene que ver con lo que ha estudiado. “Estoy a gusto, me siento bien”.
Pedro es uno de nuestros jóvenes de “Casa Garelli”, recurso residencial para jóvenes de autonomía, mayores de 18 años de Pinardi. Convive con otros chicos que también están estudiando y/o trabajando y cuentan con el apoyo educativo y personal de varios profesionales de Pinardi que realizan con todos ellos un trabajo integral y personalizado.
Ahora mismo, Pedro es uno de los chicos más mayores en el hogar y ayuda a los jóvenes que llegan nuevos, en las tareas domésticas, enseñándoles el barrio. Pero, sobre todo, creando un buen clima de convivencia y participación de la vida comunitaria de “Casa Garelli”, uno de los ejes metodológicos sobre los que se asienta el programa de autonomía.
“Casa Garelli”, que recibe su nombre en homenaje a Bartolomé Garelli, un joven muy especial para Don Bosco, atiende en cuatro viviendas a 20 jóvenes, con el apoyo de 6 profesionales y un salesiano, desarrollando un proyecto educativo integral (social, personal, emocional, autonomía, educativo y laboral) con todos los jóvenes.