Por fin: ¡Viernes!

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Ninguno pusimos la alarma y justo hoy los profesores no nos fueron a despertar. La realidad es que la alarma sonó, pero la apagamos y seguimos durmiendo esperando a que nos levantasen. El caso es que nos quedamos dormidos y tuvimos que hacer todo deprisa y corriendo. La realidad es que hicimos todo igual, pero con el susto en el cuerpo. Al final nos tocó esperar a Tomassino como todos los días. Llegamos al colegio y las chicas se fueron al taller de estética en donde les hicieron un masaje completo super relajante.

Después de la comida regresamos cada uno a su aula. Las chicas hicieron la pedicura y los chicos un día más seguían con sus paneles, con una salvedad, dieciocho cables dentro de un tubo. Todo un reto… ¡conseguido!

De camino a casa Murillo se dio cuenta de que se le olvidó el abrigo en clase donde llevaba el DNI de Elsa y de él. Se lo contamos a Tomasino y el buen hombre fue a por él.

Una vez allí, tuvimos una reunión breve donde nos informaron de los planes del fin de semana y decidimos qué ver y qué cenar esos días. Después algunas personas pusimos y recogimos la lavadora y otras escribimos el blog que tanto esperáis.

Nos fuimos a cenar arroz por primera vez, risotto. Cuando terminamos de cenar volvimos a la escuela para que Tomassino nos recogiese y nos llevase de vuelta a Boschetti, que es donde está la casa.

Esta vez la reunión distendida e improvisada la hicimos en la habitación grande para estar más cómodos. Esta vez tocó sesión de música y baile, donde todos pusimos algo de nuestra parte. Entre Andy y Lucas y Santa Lucía, se nos pasó la noche volando. Nos fuimos a dormir que al día siguiente era, por fin, viernes.