Me llamo Guadalupe, tengo 27 años y soy educadora del Área Socioeducativa en Pinardi-Paseo, en Alto de Extremadura.

Mi primer día fue en Pinardi-Estrecho como alumna en prácticas de Integración Social. Recuerdo aquellos días con ilusión y nervios, ya que mi falta de experiencia me hacía sentir insegura y con muchas dudas en casi todos los contextos. Recuerdo la primera frase que me dijo un menor “¿Quieres que te llame Guada, Guadalupe o mi reina?” Tras escuchar la última palabra contesté de forma seria “Guada” y me fui al baño disimuladamente para poder reírme a gusto. Ahí me di cuenta que iba a ser una experiencia con muchos momentos alegres.

Lo que no sabía es que esa intensidad iba a ir acompañada de algunos momentos no tan agradables, porque muchas veces están mal por situaciones que viven y tú sientes que no puedes hacer nada, o no lo suficiente, para que estén mejor.

Además, hay días que te sientes muy agotada porque están “revueltos y revueltas” y notas que has gastado toda la energía posible y que “No puedes más”.

Pero si que puedes y merece la pena.

He aprendido a lo largo de mi experiencia profesional en Pinardi que hacemos más de lo que creemos, que simplemente estando a su lado, apoyándoles en el camino, estamos haciendo mucho y que los días de agotamiento se te devuelven en energía cuando sientes que, aunque no lo manifiesten, algo les está “calando” de lo que les dices o muestras.

Aunque no veamos el resultado en el momento o a corto plazo y sea por ello muchas veces difícil encontrar la motivación, estoy segura que todos se llevan un poquito de lo que les trasmitimos y ese poco hace que nuestro trabajo tenga sentido y que el cansancio sólo sea algo temporal. 

¡Un abrazo!