Si mi experiencia en Pinardi fuera una foto sería una de esas imágenes de google en la que aparecen muchas manos diferentes agarradas unas a otras entrelazándose entre sí.
Si mi experiencia en Pinardi fuera una película sería “La vida es Bella“, porque no es tan importante lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa, lo que pensamos acerca de ello y lo que nos impulsa a hacer después.
Si mi experiencia en Pinardi fuera una planta sería un roble, pues con cada una de las actividades en las que me he visto involucrada siempre de una pequeña semilla ha acabado germinando un árbol robusto, frondoso, grande, lleno de vida.
Si fuera una cita sería “Ama como si no fuera a acabar nunca, pero con la suficiente fuerza de saber que no será para siempre“, porque sólo donde hay amor uno puede crecer y acompañar a otros en su travesía… y es la aceptación de que toda experiencia termina, lo que me impulsa a poder trabajar con ilusión para dejar las cosas lo mejor posible para lo que está aún por llegar.
Sin lugar a dudas elegir trabajar con personas es una opción reto; supone no estar en tu zona de confort por mucho tiempo, que lo único verdadero que posees es tu capacidad de agradecimiento y que tu conocimiento está al servicio de los demás. Y Pinardi, tanto en mi andadura por los valles de Estrecho como en el recién desembarco en aguas de Valora, es lo que me ha ofrecido; trabajar junto a, en conjunto con, y siempre orientado hacia quien más lo necesita. Por esto, sin duda, mi experiencia en Pinardi es para mí un regalo de confianza.
Valora – Parla. Estrella del Pozo Parrondo