Llegué a Pan Bendito para ser parte del equipo de Magone, por las tardes, integrado en el proyecto de Centro de día. Me encuentro ahora a punto de cumplir mi tercer año en este mismo proyecto.

El aterrizaje no fue difícil ya que el proyecto de atención psicológica estaba en marcha, pensado y respaldado por Aurora, con su experiencia y profesionalidad. Magone es parte del equipo de Centro de Día, un equipo multidisciplinar formado por trabajadores sociales, educadores e integradores que nos complementamos para atender a las familias que acuden a nuestro centro.

En Magone hacemos acompañamiento psicológico individual y grupal, hacemos talleres como el de afectividad o el de “escuela de familias”, nos coordinamos con otros profesionales de dentro y de fuera de la asociación. Cada año es diferente. Planteamos como aumentar las atenciones individuales, generamos nuevos tipos de grupos terapéuticos, nos hacemos con nuevas herramientas para mejorar y hacer más creativo nuestro trabajo.

He descubierto que me gusta especialmente trabajar con adolescentes. Su energía y complejidad, la incomprensión que transmiten y que a su vez que generan me producen una curiosidad que me lleva a querer indagar en su desarrollo, meterme, estar, acompañar desde la cercanía, la empatía y la comprensión. Acompañar a menores nos requiere encontrar el equilibrio entre aceptación y límites y la adolescencia es el momento en el que este equilibrio es más exigente.

Otro de los grandes aprendizajes para mí fue aprender a manejar mi propia frustración y mantener la calma ante los altibajos de cada proceso. Cada persona es única, con lo cual su historia es única, sus ritmos también únicos. Para acompañarlo hay que reconocer ese proceso sin exigir y para ello es fundamental identificar cada logro por mínimo que parezca.

Susana- Psicóloga de Pan Bendito