Naranjoven me cambió. Me cambió a mejor. Nunca pensé que me pudieran ayudar tanto cuando entre aquí por primera vez, pero así fue. Hace más de 3 años era una chica bastante problemática pero inocente. Entré ya con el curso empezado, pero Nieves me guió (aún lo sigue haciendo) por Naranjoven para que lo conociera. Fue un curso genial, todos los educadores y compañeros del centro me apoyaron ya desde el primer año y en todo momento para mi adaptación.

En el siguiente curso, la peluquería fue un descubrimiento para mí. Nunca imaginé que me pudiera gustar tanto peinar. Aprendí muchísimas cosas, pero lo que más valoro es el apoyo ante los problemas y malas experiencia que tuve durante ese año. Naranjoven nunca me dejó sola ante las dificultades.

Me estaba haciendo mayor y llegué al mundo de la estética. Un año en el que por fin me atreví a subir a un escenario. Fue en el festival de Navidad para hacer un monólogo y nunca me había sentido tan arropada hasta ese momento. Me sentí tan apoyada y me gustó tanto que me apunté al taller de artes escénicas más adelante. Quería explorar más esa faceta de mí y terminé representando una obra de teatro.

Llegó un momento en el que sólo me faltaba dormir en Naranjoven. Por las tardes , aparte del taller, me apunté a hacer voluntariado con los pequeños de Apoyo y Desarrollo Socioeducativo. Pensé que no iba a tener tiempo ni para respirar…….. ¡pero lo conseguí!. Aprobé todas las asignaturas y pude ir al campamento del Centro Juvenil, algo que agradezco infinitamente.

Y ahora aquí estoy, luchando por sacarme el curso de nuevo. Pienso en todo lo vivido en Naranjoven, en todos los momentos buenos y malos con sus risas y sus llantos…..todo me hizo cambiar para ser mejor persona pero, sobre todo, para quererme y respetarme.

Naranjoven me conoce mejor que nadie y siempre estaré agradecida, porque a día de hoy sé que lo mejor que pude hacer fue entrar por esa puerta grande con escaleras.

¡GRACIAS NARANJOVEN!

Ainhoa – Naranjoven.