Francisco Rodríguez Míguez (Farruco) – Plataforma Social Pan Bendito

La vida salesiana nos va llevando de aquí para allá. Yo llegué a Pan Bendito hace poco más de un año dejando atrás mi tierra gallega. Desde la novedad que tiene el llegar nuevo a algún sitio, parece que tienes ojos para ver lo que la rutina en ocasiones oculta. Mi encuentro con Pan Bendito “posó la mirada” en los esfuerzos, las ilusiones, el empeño, la entrega de un grupo de personas que luchan para que situaciones indeseables que viven algunas personas se conviertan en caminos abiertos a la oportunidad. He recibido (estoy recibiendo) un testimonio y ejemplo impresionante que, al mismo tiempo, me descubre las propias limitaciones e imperfecciones.

Ser salesiano en Pan Bendito tiene su gracia. Hay cosas que forman parte de nuestro ser salesiano pero que en algunas temporadas están como más ocultas, pero resurgen con fuerza en otras, cuando la vida te hace tropezar a diario con situaciones deprimidas. “En todas partes cuecen habas” como dice el refrán, sin duda, pero en algunos lugares más. No puedes dejar de pensar en el Don Bosco de los inicios: el que buscaba un lugar para asentar su oratorio, el que visitaba las cárceles y tuvo la inspiración de comenzar una historia que hoy continúa…

Y después de este tiempo estoy en condiciones de asegurar que también en Madrid, también en Pan Bendito he sentido la presencia de una fuerza interior que nos une a unos cuantos para hacer equipo y dar a la vida un sabor capaz de alimentar las mejores esperanzas.

Agradezco mucho la oportunidad de estar en Pan Bendito, por el tiempo que sea, y solo espero que este tiempo me empape de espíritu salesiano, de valores como la solidaridad, el respeto, la comprensión, la tolerancia…. Y que me haga mejor persona y mejor salesiano. Es posible que esto pueda suceder a kilómetros de mi Galicia natal.